De naranja, limón, chocolate, almendrado, de tarta de queso, de galletas chiquilín, de avellana, de yogur...yo diría que podemos pensar en casi cualquier sabor, que seguro que existe en forma de helado. Yo doy fe de que he visto ¡helado de cocido!, sí sí, no me he vuelto loca, helado de cocido, no os puedo decir cómo estaba porque no me lancé a probarlo, pero lo vi allí puesto en su recipiente en la heladería. : s
El caso es que existen muchas formas y sabores diferentes, igual que su composición; puede variar mucho ya que hay helados cuya base principal es el agua (comúnmente conocidos como helados de hielo), y otros elaborados a partir de leche. En general, podríamos decir que los helados son ricos en hidratos de carbono, grasas, proteínas e incluso vitaminas y minerales como calcio, magnesio, fósforo o vitamina C. Seguro que lo que más os llama la atención son las proteínas, porque muchos asocian estas a la carne y el pescado, pero ¿y el huevo? hay helados que llevan huevo en su composición y éste es fuente importante de proteínas. Además, los helados aportan liquido, que en la época que suelen consumirse es muy importante, ya que con el calor aumentan mucho los casos de deshidratación por las altas temperaturas. No sólo estos son los ingredientes de los helados, porque también pueden contener fruta, frutos secos, dulces y los aditivos necesarios para su conservación.
No voy a negar que los helados además de ser ricos en todo esto, desde luego, en lo que sí son ricos, es en calorías (excepto los desnatados), en los que éstas se ven algo mermadas; pero a mí, como ya he dicho otras veces no me parece bien negar nada en la alimentación de una persona sana, así que yo quiero proponer que veamos el helado desde una perspectiva diferente, podríamos decir que como un "complemento de la dieta", podríamos utilizarlo como postre en verano, pero me parece que sería un error hacerlo cada día y que iría en detrimento de la fruta, así que con este calificativo podemos usarlo en contadas ocasiones, una tarde para merendar, o un día que salgamos a comer utilizarlo como postre, pero no a diario, pero sabiendo lo que nos aporta cada vez que tomemos uno.
Y sabiendo elegir el helado que más nos conviene ya que como habréis visto, no es igual tomarse un helado de hielo, que uno de leche en el quiosco de debajo de casa que uno artesano. De todos modos, pensado en personas mayores con problemas de deglución, en niños en edad de crecimiento e incluso en pacientes oncológicos con poco apetito, un helado puede ser una manera fácil de tomar alimento, y me refiero en este caso a helados un poco mas nutritivos, como el caso de los que he dicho que llevan leche, huevos, fruta o frutos secos en su composición. Además, hay helados en cuya elaboración se ha utilizado leche desnatada y no es tan pesado ni tan calórico.
No quiero dejarme atrás, otro ingrediente que podemos encontrar en la elaboración de un helado, como es el alcohol, el mejor ejemplo para esto, son los sorbetes que cada vez más tomamos en cualquier boda, bautizo o evento que se precie, y es que los sorbetes tienen la virtud de aligerar el estómago y dar pie al nuevo sabor que vamos a tomar a continuación, es por esto, que los sorbetes suelen ponerse entre dos platos.
Ahora os voy a contar un secreto, ¿sabéis cuál es mi helado favorito? ¡el helado de leche casero que me hago cada día en las tardes de verano y que me tomo después de cenar raspando con una cucharilla!, sé que no es ninguna delicatessen, pero a mí me encanta la leche y cuando el calor aprieta, no hay nada más refrescante que un buen vaso de leche congelada, os animo a que lo probéis, más de uno quedará igual de enganchado que estoy yo cada verano. (este descubrimiento se lo debo a mi madre que fue la que tuvo la brillante idea y la primera que se hizo adicta, pero es que ella, ¡no deja de tomarlo en invierno!)
Y para terminar que hoy me he pasado de la raya haciéndoos leer tanto...mi menú para hoy.
bacalao con tomate + cogollos con anchoas + batido de plátano
¡Buen martes!
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